Heredera de tradiciones y encrucijada de caminos, darse una vuelta por sus monumentos significa perderse en la Historia.

Benavente respira vida y el recorrido por sus calles se te hará ameno y gratificante.

En el trayecto puedes encontrarte con los cinco ábsides de Santa María del Azogue, todo un conjunto de armonía y proporciones, o con la iglesia de San Juan del Mercado, cuya portada es un referente para los amantes del Románico.

Podrás también admirar una variada muestra de edificios y rincones de todos los estilos y épocas, como son el Hospital de la Piedad, la Torre del Caracol, la Casa de Solita, la Plaza Mayor, la Rúa, etc.

Adorna la llanura el verde de sus vegas y sus parques que te invitan a dejar descansar cuerpo y mente, arrullado por las aguas de sus canales o mecido por las hojas de sus frondosas arboledas.

Para conocerla a fondo, piérdete en el mercado de los jueves, que pervive por los siglos de los siglos.

Y el fin de semana regálate unos vinos de la Tierra, y comprobarás lo agradecidos que son los benaventanos, que siempre tendrán para ti un cálido recibimiento.

No olvides que BENAVENTE ES TU PARADA EN EL CAMINO.