Hospital de la Piedad

Este monumento, declarado Bien de Interés Cultural en el año 2003, fue fundado por el quinto Conde de Benavente en 1516, Don Alonso Pimentel y su esposa doña Ana de Velasco como hospital de peregrinos.

Su creación hay que encuadrarla dentro de otras fundaciones que se hacen a lo largo de las rutas jacobeas, cuya finalidad era la de servir de hospedaje y atención a los peregrinos necesitados. Fue levantado a partir del año 1517 y para su ubicación se eligieron los solares de la antigua iglesia y hospital de Santa Cruz, que había en este lugar. Fiel testimonio de ello es la inscripción en caracteres góticos, aún legible, en la portada principal. La inscripción dice así:

“ESTE HOSPITAL HIZIERON E DOTARON LOS ILUSTRES SEÑORES DON ALONSO PIMENTEL QUINTO CONDE E DOÑA ANA DE VELASCO E HERRERA, SU MUJER, Y TITULARONLO DE NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD PORQUE NUESTRO SEÑOR LA AYA DE SUS ANIMAS; COMENÇOSE E DOTOSE EN EL AÑO DE MDXVII; ACABOSE EN EL AÑO DE XVIII”.

Por su situación geográfica Benavente era paso obligado de los peregrinos que, tomando la antigua vía de la Plata se dirigían a Santiago de Compostela, enlazando, con el Camino Francés en Astorga. Aunque el Hospital, en principio estaba destinado a acoger a los peregrinos también estaba facultado para atender a los enfermos que pasaran por Benavente.

La fachada es una bella muestra del primer renacimiento español, cuando despunta este nuevo estilo y aún se mantienen influencias del gótico. La portada está formada por un arco de medio punto con un amplio número de dovelas recuadrado por un gran alfiz. En su cornisa superior lleva una inscripción realizada en minúsculas francesas o góticas, encima de él aparece un alto relieve que representa la escena de la Piedad. Remata el conjunto un frontispicio con una concha en el centro y candeleros. A ambos lados del altorrelieve de la Piedad se encuentran los blasones de los fundadores. La decoración es de simulación vegetal y las repisillas en que está acabado el recuadro recuerdan el estilo gótico.

En la puerta de entrada son de admirar los llamadores realizados en hierro forjado. Uno de ellos representa a Santiago Apóstol como peregrino y está totalmente decorado.

En el interior destaca el armonioso patio de planta cuadrada con arquerías apeadas en columnas. La planta superior se halla rodeada de galerías con antepechos diferentes en cada uno de los lados.

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