Fiestas de la Veguilla

Declaradas de Interés Turístico Regional

Las Fiestas Patronales en honor de la Virgen de la Vega se celebran en torno al llamado Lunes de Pascuilla, ocho días después del Domingo de Resurrección. Es tradicional durante las mismas la “Petición del Toro Enmaromado” que recorrerá las calles cincuenta y un días después. Estas fiestas están declaradas de Interés Turístico Regional.

Actos y componentes de la fiesta

El Lunes de Pascuilla tiene lugar durante la mañana la Procesión de la Veguilla, durante la cual la Patrona recorre algunas de las calles céntricas de la ciudad portada por las representaciones de las Peñas benaventanas.  A primera hora de la tarde tiene lugar la tradicional: Petición del Toro Enmaromado, el acto en el que se congrega una multitud en la Plaza Mayor de la ciudad y calles aledañas. Todos al grito al unísono de “toro, toro, toro”, solicitan a la autoridad la concesión del astado, para que, la fiesta que tendrá lugar el miércoles de la semana del Corpus (51 días después de la Veguilla), pueda un año más como tradicional costumbre celebrarse. Otra tradición en torno a esta fiesta es la entrega y reparto del denominado “Pan de la Veguilla”. 

Durante estas fechas tienen lugar diversas actuaciones musicales y folklóricas además de una vistosa concentración de Gigantes y Cabezudos, que venidos de diferentes localidades da inicio a las fiestas.

Fiestas del “Toro Enmaromado”

Declaradas de Interés Turístico Regional

Las fiestas del “Toro Enmaromado” de Benavente están declaradas desde 1991 de Interés Turístico Regional. Suelen durar una semana, aunque el “día grande” de las fiestas es el miércoles anterior a la festividad de Corpus Christi. En este día, los mozos corren agarrados a una larga maroma sujeta a las astas del toro. Las peñas, las charangas y las verbenas contribuyen a crear un gran espectáculo de música y colorido.

La carrera del “toro enmaromado” tiene lugar por un itinerario fijo que discurre por diversas calles de Benavente. En la tarde del miércoles el astado realiza su espectacular carrera desde el toril, precedida por el estruendo de tres cohetes o bombas que anuncian previamente el acontecimiento, poniendo con ello en aviso al público que llena las calles y abarrota los balcones del recorrido. Previamente en el “mueco” donde se encuentra, se procede a colocarle una larga maroma enganchada a sus astas. La salida del morlaco es espectacular y es uno de los momentos de más emoción y vistosidad de la carrera. Centenares de mozos cogidos a la maroma conducen al toro hasta el matadero donde es sacrificada la res al concluir su recorrido. El Toro Enmaromado de Benavente está también reconocido como Festejo Taurino Tradicional.

Durante estos días toda una variada oferta de espectáculos completa la programación festiva: encierros urbanos, verbenas populares, festivales pirotécnicos, desfiles y pasacalles, etc. Goza de gran animación la salida para ir a buscar al toro hasta su ganadería, acompañando al astado en caravana hasta la ciudad. Durante la misma tiene lugar una fiesta campera.

Los llamados “Toritos del Alba” son otro de los componentes festivos que contribuyen a aportar gran participación a la proyección y futuro de las fiestas.

Fiestas de Carnaval

Los Carnavales de Benavente en el pasado

Los Carnavales tenían antiguamente en Benavente sus prolegónomos en las fiestas de San Sebastián durante la cuál recorría las calles «La Primera Máscara», formándose un peculiar cortejo que era iniciado por un jinete a caballo con porte militar. El Carnaval propiamente dicho servía de contraste y anticipación al ascentismo o rigores de la cuaresma. En el siglo XIX se habilitaban diversos salones para celebrar el Carnaval, donde se organizaban durante estas fechas animados bailes como el llamado «Domingo Gordo», «Martes de Carnaval» y «Domingo de Piñata». Las orquestinas existentes en la ciudad animaban estos saraos. A finales del siglo XIX salones y casinos como el «Salón Liceo», el «Casino de la Rúa», el «Casino del Conde» organizaban animados bailes con comparsas y jocosas versificaciones carnavalescas.

Las fiestas de Carnaval en la actualidad

Son unas fechas de alegría y buen humor, que constituyen en Benavente un exponente de la diversión popular. Durante estos días recorren las calles de la ciudad vistosos y animados desfiles. Los disfraces, las máscaras, las charangas y carrozas contribuyen al realce de estas manifestaciones festivas. Las fiestas se complementan con bailes en varios salones de la ciudad.

El Sábado precedente al martes de Carnaval tiene lugar un gran desfile, a cuya conclusión se efectúa una entrega de premios a los disfraces más logrados. El Domingo está dedicado a los niños y se celebra un desfile de Carnaval infantil que finaliza con un gran baile.

Semana Santa

La Semana Santa, que como en muchos otros lugares de Castilla y León, se caracteriza por su sobriedad y se halla profundamente arraigada en el sentir de los benaventanos.

Las tres cofradías más antiguas que procesionan en la ciudad son la Vera Cruz, Jesús Nazareno y el Santo Entierro. En 1943 se crea la Cofradía del Silencio y en 1999 se incorporan a las procesiones como sección de una de sus cofradías las Damas de la Luz y Soledad. Con posterioridad se forma igualmente un grupo de niños cofrades para acompañar las imágenes de las procesiones del Domingo de Ramos y de Resurrección.

En la actualidad cuenta Benavente con unos desfiles procesionales de tradición, que nos muestra los diversos momentos y avatares por los que ha atravesado la localidad y su Semana Santa, pero también fruto de sus propias características y peculiaridades como comunidad humana y que conforman su personalidad.

Su imaginería viene a ser un compendio de las diferentes etapas históricas y gustos estéticos por los que ha discurrido a lo largo de su historia. Así se pueden observar retazos de sabor medieval (Ecce Homo)  y ruralizante (Cristo de los Aflijidos),  junto a otros cargados de efectismo barroco (Paso de la Desnudezo Rodopelo, conocido popularmente como “El judío del clavo”). También se pueden encontrar en su imaginería procesional señales de la Semana Santa decimonónica fin de siglo, con imágenes ataviadas ricamente, con doseles al estilo andaluz, en una estética muy al gusto de la burguesía finisecular, impulsora y patrocinadora de las manifestaciones religiosas de aquel tiempo (Nuestra Señora de las Angustias, La Soledad, etc.).

Con todo, el patrimonio escultórico más importante de la Semana Santa benaventana es el aportado durante los años veinte del pasado siglo, en que se produce una auténtica renovación del fenómeno procesional y numerosos pasos e imágenes viene a enriquecer el repertorio iconográfico. En este sentido varias obras del afamado escultor valenciano Pío Mollar, como son El Yacente, La Oración del Huerto, etc., suponen una aportación decisiva a la imaginería semanasantera. Estas obras se caracterizan por el colorido y la luminosidad levantina.

Por último, en los años cincuenta, varias aportaciones provenientes de la escuela de Olot y el Arte Cristiano, obras de taller, pero muy significativas, vienen a engrosar el patrimonio cofradiero de la Semana Santa local, son el grupo de la Crucifixión, llamado también la Cuarta Palabra, La Verónica, Jesús en la Borriquilla, etc. Una aportación singular y de gran personalidad es el Flagelado o Cristo atado a una columna, obra esta última del escultor benaventano José Alonso Coomonte. A estas obras se sumarían otras como son el grupo San Juan y la Virgen camino del Sepulcro, del escultor Ricardo Flecha.

Información turística relacionada